sábado, 18 de julio de 2015


ENSAYO  CON CASA DE SEMILLAS

    A lo largo de la campaña 2014/2015 hemos realizado seguimientos exhaustivos de experiencias en diferentes cultivos. El seguimiento de las experiencias en cereal las resumiremos en un dosier recopilatorio que aglutine los ensayos en las diferentes localizaciones geográficas. Sin embargo, en esta ocasión, anticipamos los resultados realizados por una casa de semillas en un campo de variedades. 

LOCALIZACIÓN
PROVINCIA: Córdoba.
TÉRMINO MUNICIPAL: Fuente Palmera
FINCA: “El Patronato”
CULTIVO: Trigo duro

DESCRIPCIÓN DEL ENSAYO  
OBJETIVO: evaluar el efecto de la aplicación de rizobacterias sobre la nutrición del cultivo, comparado con un testigo manejado de forma habitual. En las parcelas de ensayo se eliminó la aplicación de cobertera que fue sustituida por una cantidad equivalente de inoculantes bacterianos.  
   La aplicación se realizó en tres variedades de trigo duro numeradas por la empresa como var. 2, var. 3 y var. 15, empleadas para multiplicación, se marcaron tres microparcelas, teniendo cada una de ellas una superficie de 9.36 m2 (7,8 m x 1,20 m)   
   Las necesidades nutricionales del cultivo en base a un rendimiento en grano esperado de 5.000 kg/ha, son las siguientes: 175 Nitrógeno – 60 UF Fósforo – 140 UF Potasio.
   Para cubrir estas necesidades, se consideraron los aportes realizados por el abonado de fondo (150 kg/ha de urea), el nitrógeno aportado por la descomposición de la materia orgánica del suelo (1,5%) y que buena parte de las necesidades de potasio las cubriría el propio suelo. En las microparcelas, la diferencia entre las unidades requeridas y las aportadas fueron cubiertas por las rizobacterias. Junto a las rizobacterias se aplicó también una disolución de humato potásico (extracto húmico al 70%) a una dosis de 3 kg/ha. Estas aplicaciones fueron realizadas el 27/01/15.

Por su parte, la zona testigo recibió el 09/03/15 una cobertera a base de Duramón 26, a una dosis de 200 Kg/ha.
Con posterioridad las parcelas fueron regadas por aspersión en dos ocasiones (10/03/15 y 21/04/15) con un volumen de agua en cada uno de los riegos de unos 50 litros/m2.
La cosecha se llevó a cabo el 04/06/15 con una cosechadora pequeña para microparcelas, con la que se recolectaron tanto las parcelas de ensayo como los testigos. Conocidas las dimensiones, se calcularon y compararon los rendimientos unitarios obtenidos. (Fotografía 2)

EVOLUCIÓN PARÁMETROS CLIMÁTICOS EN LA ZONA DE ENSAYO
   El IFAPA (Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria y Pesquera) dispone de una serie de estaciones agroclimáticas, distribuidas por toda la geografía andaluza, en las que se registran diariamente los principales parámetros climáticos. Hemos utilizado los facilitados por estas estaciones.
   A lo largo del periodo de ensayo, podemos destacar las elevadas temperaturas medias registradas al inicio del mes de noviembre, que facilitaron la buena implantación del cultivo, así como las máximas registradas en abril y mayo, momento en el que se produce el llenado del grano, y que fueron considerablemente superiores a la media histórica. Además, la precipitación acumulada en la zona entre septiembre 2014-julio 2015 ha sido un 22% inferior a la media histórica. Por tanto, las reservas hídricas del suelo en el momento del llenado del grano eran considerablemente inferiores a las de una campaña normal (Gráfica 1)

   La combinación de ambas circunstancias ha sido responsable de los bajos rendimientos obtenidos en el cereal de secano en esta zona durante la campaña recién finalizada. La temperatura idónea para el llenado del grano está entre 20-25oC. Elevadas temperaturas o vientos secos producen el “asuramiento” del grano, es decir, se produce una maduración precipitada que impide la acumulación en la semilla de las sustancias de reserva necesarias para adquirir un adecuado grosor de grano. En el ensayo, como veremos más adelante, los riegos aportados en momentos críticos han permitido lograr rendimientos considerablemente más elevados.

MEDICIÓN DEL CONTENIDO EN CLOROFILA
   El contenido en clorofila de la hoja está directamente relacionado con el contenido en nitrógeno, ya que este es necesario para la síntesis de clorofila. El contenido en clorofila determina el nivel de verdor de las hojas y la eficiencia de los procesos fotosintéticos que en ellas tienen lugar. Así, plantas adecuadamente fertilizadas con nitrógeno presentan un color más verde en sus hojas. A partir de esta base fisiológica, podemos afirmar que al medir el contenido en clorofila de la hoja podemos estimar el contenido en nitrógeno de la planta y conocer el estado nutricional del cultivo (Fotografía 3)

   Los medidores de clorofila pueden ser empleados en estrategias de fertilización nitrogenada para mejorar la eficiencia del fertilizante. Así, hemos utilizado este parámetro para detectar posibles diferencias en la nutrición de las plantas tratadas con bacterias y las del testigo, y comprobar si estas diferencias se trasladaban posteriormente a los rendimientos obtenidos. Como podemos observar (Gráfica 2), el contenido en clorofila se incrementa entre marzo y abril en todos los casos, para descender a continuación, una vez producido el cuajado de la espiga e iniciarse la fase de llenado del grano, momento en el que los fotoasimilados son trasladados a éste desde la hoja bandera.

Al analizar la gráfica 2, se observa que las diferencias entre variedades son mayores a las registradas entre testigo-ensayo en cada una de ellas, por lo que podemos concluir que el componente varietal tiene un peso importante en la expresión de esta característica. Las variedades que mantienen hasta el final un mayor contenido en clorofila en la hoja bandera parecen tolerar mejor las condiciones climáticas sufridas, al mantenerse verdes más tiempo. Por el contrario, un descenso acusado del contenido en clorofila podría indicar que la variedad se ha secado con más velocidad y ha tenido más problemas en llenar el grano. Como veremos más adelante, tras analizar los rendimientos finales obtenidos, esto parece haberse cumplido en el ensayo.

Por otra parte, mientras que en las variedades 2 y 3 el contenido en clorofila en mayo fue superior en la parcela testigo a la de ensayo, en la variedad 15 ocurrió lo contrario. En este sentido, como analizaremos más adelante, no hemos encontrado en el ensayo una relación clara entre el contenido en clorofila final y el rendimiento obtenido.

RENDIMIENTOS OBTENIDOS
Una vez alcanzada un grado de humedad óptimo, se procedió a cosechar las parcelas del ensayo, operación que tuvo lugar el 04/06/15 y fue realizada con una cosechadora pequeña para ensayos (Fotografía 4. Cosecha de las parcelas de ensayo)

   En el gráfico 3 se muestran los rendimientos obtenidos en las parcelas de ensayo y testigo para las tres variedades estudiadas. Bajo el epígrafe E se encontrarían los valores correspondientes a las parcelas de ensayo, mientras que las T corresponden a las parcelas testigo. En porcentaje se expresa el incremento en el rendimiento obtenido en las microparcelas de ensayo respecto a las del testigo para cada variedad. (Gráfica 3)

   Los rendimientos generales son elevados, especialmente si se comparan con los obtenidos en parcelas de secano en la misma zona productora. Los riegos aplicados en momentos críticos han permitido a la planta llenar el grano, aun con unas condiciones climáticas tan adversas (temperaturas máximas muy altas y baja humedad ambiental)

   La variedad con mayor rendimiento final (var.2) presentó en la última medida realizada un contenido en clorofila superior a las otras dos. Parece, por tanto, ser más eficiente a la hora de trasladar fotoasimilados desde las hojas al grano, ya que ha llenado más y se ha mantenido verde más tiempo. En el otro extremo, la variedad 3, que presenta menor rendimiento, muestra en la primera y última medida un contenido en clorofila inferior.

CONCLUSIONES

   En lo que respecta al objetivo del ensayo, es importante destacar que en las tres variedades los rendimientos obtenidos en las parcelas tratadas con rizobacterias superaron a los de las parcelas testigo, 

con un incremento medio próximo al 9%.


   La principal conclusión que podemos extraer es que la sustitución del abonado mineral de cobertera por las bacterias rizosféricas ha demostrado ser una buena estrategia de fertilización, al lograr incrementos en los rendimientos obtenidos. Las diferencias obtenidas entre variedades podrían deberse al propio comportamiento varietal, o a pequeñas diferencias en las condiciones de suelo. Además de los aspectos expresamente relacionados con la nutrición vegetal, los inoculantes bacterianos presentan ventajas adicionales, al enriquecer el suelo y presentar un efecto promotor del crecimiento vegetal. Además, son cómodos de aplicar, al utilizarse en dosis reducidas y son más sostenibles medioambientalmente, al reducir los aportes de abonos minerales y evitar la lixiviación y la contaminación.